LA HACIENDA

  • Coco Verde Anão es nuestra especialidad

    Tenemos 17,000 plantas, todas de la misma variedad y estándar.

La Fazenda Atala fue fundada en 1999

y produce frutos, plántulas y semillas de cocotero enano verde en suelos de zonas costeras y en áreas repletas de vegetación nativa en Rio Grande do Norte (RN). La empresa empezó con un proyecto post jubilación de su fundador y su consecuencia fue una de las iniciativas más exitosas. Militar de alto rango y especialista en energía solar, actualmente, él se dedica exclusivamente a la agricultura. Las primeras semillas de coco verde plantadas en la Fazenda Atala se adquirieron en Emparn (Empresa de Investigación Agropecuaria de Rio Grande do Norte), con material genético cuidadosamente seleccionado.

La inversión en energía solar e irrigación dio eficiencia a todo el proceso: en poco tiempo, la productividad alcanzó a 300 cocos por planta/año, diez veces sobre el promedio registrado en Brasil por el Ministerio de Agricultura. Y la intensa producción no compromete los altos estándares de calidad. Nuestros cocos tienen un volumen promedio de 500 ml de agua dulce y sabrosa. Con el tiempo, el éxito de la Fazenda Atala rindió otros frutos y ayuda a generar empleo y renta en otras dos haciendas en RN: la Dom Marcolino, en Maxaranguape, y la São João, en Touros. Ambas utilizan técnicas avanzadas de irrigación para explorar culturas de ciclos cortos, como sandía, calabaza, patatas, maíz y yuca.

Ubicación

Ocupamos un área de casi 2 millones de metros cuadrados en el kilómetro 19 de la carretera RN 064, en Ceará-Mirim (RN), a 28 km de Natal. El lugar es privilegiado: un acuífero con 90 metros de profundidad y pozos con flujo mínimo de 100 mil l/h, es un factor fundamental en la alta calidad de las plántulas. La plantación totalmente irrigada garantiza nuestra producción perenne.

El Hacendado

Don Juvenal, aviador e ingeniero, inició sus actividades agrícolas a los 62 años, después de haber pasado a reserva en la Fuerza Aérea Brasileña. Encantado en las esferas de Energía Solar e Irrigación creó una empresa de servicios en esa área y hace cinco años migró a la actividad agrícola, dedicándose exclusivamente a ella. Su trayecto en la agricultura empezó con una selección de las semillas de coco, habiendo adquirido todo el material genético en EMPARN. En sus lecturas de investigación, don Juvenal encontró un hecho interesante: el Ministerio de Agricultura hacía cita a que la productividad de Brasil en el área de cocos era de 30 cocos por planta/año. Con el eficiente trabajo realizado en nuestra Hacienda, la producción, en poco tiempo, alcanzó la productividad de 300 cocos por planta/año, manteniendo un alto estándar de calidad.